Hace un par de semanas, después de tres días con lo que creía que era una gripe y viendo que la cosa no mejoraba, decidí ir al hospital a ver qué le ocurría a mi organismo. Como era de esperar, fue un camino pedregoso y lleno de obstáculos en el que llegaron reportarme al gobierno chino como peligro para la salud pública.
A mi llegada al hospital tuve que acudir a urgencias, ya que no tenía cita previa. Los doctores me mandaron de un lugar a otro para hacerme unas pruebas de sangre y una placa de tórax.
El sistema de salud público chino no es gratuito, por lo que delante de cada paso que quieras dar tienes que volver a la casilla de salida a pagar por las pruebas que te van a hacer. Así que mi tarjeta de débito no dejó de ejercer sus labores hasta echar humo.
Tras esperar los resultados durante incesantes horas, el médico de urgencia, que no hablaba mucho inglés, me enseñó la pantalla de su móvil con un traductor en el que se leía: tuberculosis.
Al principio me asusté. Luego pensé que sería un error de traducción y, tras hablarlo con ellos, parecía que no había ningún fallo. Según ese doctor, yo tenía tuberculosis.
Lo primero que hizo el doctor, sin hacerme ninguna prueba para confirmar su diagnóstico, fue pedirme el pasaporte y llamar a una oficina del gobierno chino para reportarme como persona peligrosa para la salud pública, por la que me prohibirían salir del país o tomar un avión dentro del mismo. Acto seguido, el doctor me dijo que tenía que irme a otro hospital específico donde trataban a los tuberculosos como yo.
Nadando en las bravas aguas de un mar de dudas, tos, fiebre, miedo y odio, y armado con una mascarilla, tomé un taxi hacia el nuevo hospital -parece que aviones no podía tomar, pero sí este tipo de transporte-.
La llegada al hospital, que estaba en la otra punta de Shenzhen, fue apoteósica. El hospital estaba destartalado, era de noche y todo estaba lleno de policía.
En la recepción del hospital había una familia llorando desconsolada mientras todos eran interrogados por los policías. Más adelante me enteraría de que había muerto un hombre y la familia había empezado una reyerta contra los médicos.
En el hospital me atendió un médico algo mayor que me mandó hacer un escáner del pecho, ya que en el otro hospital no me habían dado la radiografía.
El momento de hacerme el escáner fue bastante absurdo, los médicos eran niños. No bromeo, adolescentes, eran como los camareros de 16 años que te sirven en cualquier cafetería china. Cuando entré en la sala, estaban 5 ó 6 de ellos en corrillo riéndose y señalándome. Ninguno se atrevía a acercarse al demonio occidental.
Al rato uno se decidió a indicarme en chino que me tumbase en la mesa del escáner. Acto seguido, el corrillo de médicos prepúberes se metieron, entre risas, en la sala desde la que se maneja el escáner para proceder a hacer su trabajo.
Cuando conseguí los resultados y se los enseñé al médico, éste afirmó que eso no podía ser tuberculosis, sino una neumonía causada por otra bacteria.
El doctor insistió en que la única solución era ingresarme durante 3 días en el hospital. Intenté evitar la hospitalización y le pregunté si no había un tratamiento alternativo con antibióticos en pastilla y el tipo, bastante enfadado, me dijo que los goteros eran el método universal y que si quería métodos alternativos me cogiese un avión a España.
El avión no me lo cogí, pero me volví a casa a hacer noche para volver al día siguiente al primer hospital, esta vez con cita para ver a un especialista del departamento de enfermedades respiratorias. El médico, que por fin hablaba inglés, me recetó un tratamiento de pastillas. Gracias a ello me encuentro ahora mismo contándote esta historia, que termina precisamente aquí.
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LOL!!! que fuerte que te diagnostiquen de primera hora tuberculosis por la cara! que miedo! jajaja me ha hecho gracia la historia y seguro que tu tambien te ries ahora,pero mientras la leia me puse en tu lugar y ufff…se lo que es estar en un pais extranjero y que no hablen ni ingles..
me alegro de que estes mejor!!! 🙂
Muchas gracias, Verónica. La verdad es que cuando me dijeron lo de la tuberculosis estaba alucinando en colores. Aunque gracias a la experiencia previa con médicos chinos sabía que todavía existía una posibilidad de que el diagnóstico no fuese correcto.
Ostras menuda odisea. Que valiente de haber ido solo y con dificultades para comunicarte con los médicos.
Me alegro que al final todo haya salido bien.
Recuperate.
Un saludo.
No es la primera vez que me veo en esa tesitura. Siempre hay problemas cuando vas al médico en China…
Afortunadamente ya ando mejor 🙂
Saludos.
Deseando que te mejores desde México!
Muchas gracias Juan Carlos, ya estoy prácticamente recuperado, por suerte 🙂
¡Joder! Javier que susto!.
Cuídate mucho, lo de la neumonía no es cosa de tomar a broma.
No se…, si puedo hacer algo por ti no dudes en pedirlo.
Que te mejores y ten confianza en los médicos de allí.
No te preocupes, ahora estoy ya acabando el tratamiento sano y salvo. El último médico que me trató era bastante profesional. De hecho ya me ha tocado trabajar esta semana. Muchas gracias por preocuparte 🙂
A mí me daría un infarto con tremendo diagnóstico, en un país donde no hablan tu idioma y encima en un hospital precario, con médicos mediocres y como si no fuera poco ¡TE COBRAN APESAR DE SU PÉSIMA ATENCIÓN!.
Gracias a Dios estás bien amigo. Mucha suerte y para la próxima cuídate más. Saludos desde Uruguay.
Hola Iván,
La verdad es que es que si hubiese sido mi primera vez en un hospital chino lo hubiese pasado muchísimo peor, pero ya estoy curado de espantos. De todas formas no fue ningún paseo de rosas. Gracias por escribir 🙂
Un saludo desde China 🙂
Fuerza . . . !!! Espero q hayas mejorado . . . Creo q debes seguir adelante luego del susto. Un saludo desde Trujillo – PERÚ.
Muchas gracias por los ánimos. Ya estoy casi recuperado y a punto de terminar el tratamiento. Al final no ha sido nada grave, afortunadamente 🙂
Afortunadamente estás recuperándote ya y que aunque es delicado lo que tenías, es menor que tuberculosis.
Saludos desde México.
Hola Beth,
Gracias por escribir. La verdad es que sí, si hubiese sido una tuberculosis la cosa se hubiese puesto mucho más seria. Por suerte ya estoy mucho mejor 🙂
como recuperaste el pasaporte ?
El pasaporte no me lo quitaron, por suerte. Pero avisaron a las autoridades, supongo que podrían haberme interceptado en la frontera si hubiese salido.
¿Y te diagnostican tuberculosis sin una prueba de Mantoux (tuberculina)? Lo que hay que ver…
En cualquier caso, la tuberculosis ya no es lo que era. Hoy en día es una infección más. Al menos en Occidente.
A ojo en una radiografía. El tipo ni siquiera me dijo «puede que tengas», sino que lo afirmó. Yo suponía que sin alguna prueba concreta no se debería de poder diagnosticar algo tan grave, cosa que confirmé más adelante.
No sabía que te habían declarado peligro para la salud! Manda huevos…
Me alegro que todo saliera al final bien, saludos!
Ya ves tú cómo se las gastan por aquí. Al final todo sin problemas. Gracias por escribir 🙂
Un saludo,
Javier
Me alegra que no fue nada, bueno ! no tuberculosis me refiero,, yo hubiera vuelto al primer medico a enseñar le el resultado y le hubiese dicho que fuera a españa a hacer un curso de diagnostico por que el su metodo no funcion.
Por suerte al final no era tan grave. De momento a reposar 🙂
Hola Javier. Me alegro que todo te haya salido bien, yo llevo dos meses en Panjin y mi mayor temor es ponerme enfermo, me han contado historias para todos los gustos, por los comentarios, aquí los amigos no te llevan flores ni bombones al hospital, sino dinerito contante y sonante en un sobre para ir pagando las facturas del hospital. Ah por cierto, da gracias que no te quedases ingresado en el hospital, porque probablemente hubieras salido con un «regalo» de nombre alemán, solo por una mala diagnosis.
Un abrazo
Hola Antonio,
Muchas gracias por tu comentario. La verdad es que el ponerse malo en China es lo peor que te puede pasar. Hay que tener un seguro que cubra hospitales internacionales para evitar problemas mayores. Y sí, las facturas del hospital, tela marinera.