El domingo anterior a Año Nuevo chino la compañía en la que trabajo celebró una cena-gala para todos los trabajadores. Mi empresa es una gran multinacional china, por lo que me esperaba un gran evento y, pese a que no esperaba que fuese algo muy entretenido por la barrera idiomática, acabó dejándome impresionado por algunos detalles que os cuento a continuación.

Cuando llegué al lugar de la cena, el salón de eventos de un hotel de cinco estrellas, el evento ya había comenzado. El lugar era gigantesco, ya que se juntaban más de 1000 trabajadores de la empresa y algunos venían con sus parejas e hijos. Como buen evento chino, todo estaba decorado con mucho ornamento, predominando los colores rojos y dorados típicos de Año Nuevo. En el fondo del salón habían instalado un escenario gigante con 3 pantallas para que los del fondo pudiesen ver la gala sin problema. Y como los chinos son muy 2.0, las pantallas también reflejaban mensajes que podíamos enviar a través de WeChat felicitando el Año Nuevo chino a todos los presentes.
Al llegar a la mesa nos estaban esperando dos botellas de vino australiano, una botella de baijiu (una especie de aguardiente chino de 56 grados intragable), caramelos, cacahuetes, mandarinas y varios artilugios con luces para animar el cotarro cuando el baijiu corriese por las venas de los asistentes. La comida se hizo de rogar bastante entre eternos vídeos corporativos, discursos y actuaciones al más puro estilo Noche de Fiesta, pero en mandarín. Se sucedieron varios sketches dignos de Ángel Garó o Jaimito Borromeo, hasta que por fin llegó la comida.

Como siempre en China, el ruido no cesó durante la comida. El volumen de los altavoces estaba altísimo y las luces brillaban por todas partes. Al principio nos sirvieron unos aperitivos crudos de nabo, zanahoria, algas y setas. Y poco a poco fueron llegando más platos, ternera estofada con batata, ternera salteada con pimientos picantes, sopa, pescado y al final unos dulces típicos cantoneses, como una especie bollitos pequeños con azúcar fundido por encima.
Durante la cena siguieron pasando por el escenario todo tipo de actuaciones llevadas a cabo por trabajadores de la empresa: cantantes, bailarinas de danza del vientre e incluso unos tipos que salieron en calzoncillos, con camisa, americana y unas máscaras de caballo (no iba a ser menos dada la ocasión) y bailaron el tan manido gangnam style. También se entregaron infinidad de trofeos a los mejores trabajadores de la empresa, a los departamentos más productivos (entre los que estaba el mío) y demás.

Pero lo mejor de la cena fue el sorteo de regalos y dinero, una práctica muy común en los eventos chinos. Entre actuaciones algunos directores de la empresa salieron a escena para sortear teléfonos de nuestra empresa. Conforme avanzaba la noche los modelos de los teléfono fueron subiendo de gama hasta que llegaron a los modelos más caros y empezaron con el dinero. Las cantidades de dinero sorteado rondaban entre los 1000 RMB ([currency amount=»1000″ from=»CNY» to=»EUR» show_from=false round=false]) el premio más pequeño y 2600 RMB ([currency amount=»2600″ from=»CNY» to=»EUR» show_from=false round=false]) el más alto. Pero el tema es que cada vez que sorteaban dinero daban premios a 20 ó 30 personas a la vez, así que os podéis imaginar los lotes de dinero que se repartieron.

El final de la noche estuvo centrado en el sorteo de dinero. El presidente y el dueño de la empresa subieron a escenario, algo animados por el ritmo de la noche, y empezaron a repartir dinero de su propio sueldo (de la paga especial de Año Nuevo chino). Poco a poco fueron subiendo directores de todos los departamentos y sortearon también dinero entre los asistentes. La noche acabó sobre las once, algo bastante tardío para el horario chino y más contando que el evento empezó a las cuatro de la tarde. La cifra total de dinero sorteado, aunque la desconozco con exactitud, rondó los 100.000-150.000 euros entre teléfonos y dinero en metálico. En cuanto se hizo el sorteo del último premio, el pabellón se quedó desierto en cuestión de cinco minutos, sin dar tiempo siquiera a los presentadores a despedir el evento.
Sin duda fue una noche en la que se cumplió el mashangyouqian (吗上有钱) que tanto se utiliza para felicitar el año. Yo tuve suerte y me fui a casa con 1000 RMB ([currency amount=»1000″ from=»CNY» to=»EUR» show_from=false round=false]) en el bolsillo.
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¡Más pato en el plato!
Ojalá…