Después del éxito cosechado hace unos meses por «5 cosas que no me gustan de China«, he decidido equilibrar la balanza con un post sobre las bondades de vivir en China.
Tengo miedo de que te quedes con una mala imagen del país, ya que no todo en China son motochinos intentando atropellarte o señores mayores escupiéndote en los pies.
China enamora. Pero como ya te conté en su momento, es una extraña relación de amor-odio que ni siquiera los que la sentimos llegamos a entenderla.
Espero que estos 5 puntos te ayuden a entender por qué pese a que tenga que apretarme entre una marabunta de chinos en el metro para ir al trabajo, sigo viviendo aquí.
La comida en China
Uno de los grandes pros del país es la cultura gastronómica. Yo siempre digo que hablar de comida china es como hablar de comida europea. Lo que comemos en España no se parece ni de lejos a lo que comen en Rusia.

China tiene una vasta variedad gastronómica, de norte a sur y de este a oeste. Desde el archiconocido pato laqueado de Beijing al delicado dim sum cantonés. Pasando por la maestría de los fideos del noroeste de China o los platos picantes de la China interior.
En China siempre habrá un plato nuevo que no hayas probado y que seguramente te pueda dar asco verlo. Pero cuando lo pruebes estará buenísimo. O no. Pero, ¿si no lo pruebas, cómo vas a saberlo?
Todo es barato en China
Esta afirmación no es del todo cierta, ya que conforme pasan los años el salario medio de los chinos está subiendo y no todo es tan barato. Por ejemplo, los pisos se están encareciendo.
El país está viviendo una burbuja inmobiliaria brutal en la que muchos chinos se están cubriendo de oro. El dueño de mi piso posee la planta entera en la que vivo (que son unos 30 pisos o más).
Cada año el precio de los alquileres está aumentando y cuando buscas piso llegan a ofrecerte auténticos zulos a precio de oro.
Yo, como ser humano, me he sentido profundamente vejado por los agentes inmobiliarios. Es como si se mearan en tu cara y no pudieses hacer nada, porque el próximo piso es otra buena meada en tu fino rostro occidental.
Sin embargo, comer sigue siendo barato. En una pequeña cantina o puesto callejero te puedes hacer con una gran ración de arroz o fideos con carne por alrededor de 1 euro. Y si vas a un restaurante de precio medio, no deberías pagar mucho más de 4-5 euros por un menú.
El transporte público también es barato, en comparación al salario medio occidental. Los autobuses cuestan entre 1 y 2 yuanes (menos de 25 céntimos de euro) y el metro va desde este precio hasta unos 7 yuanes como máximo para los trayectos más largos (menos de 1 euro).
Lo salvaje
China sigue siendo un país algo salvaje y con menos normas sociales a las que estamos acostumbrados en occidente.
Esto convierte el día a día en una aventura. Para cualquier cosa que quieras hacer vas a tener que luchar, regatear y dios sabe qué más.
Por supuesto, esto muchas veces puede ser cansino, sobre todo si no estás de humor. Ahí se dan los llamados ‘días de furia’ en los que saldrías con un lanzallamas a la calle.
Viajar por China

Al igual que la comida, la cultura China varía mucho dependiendo de la zona en la que te encuentres.
Cuando le preguntas a un chino si ha salido alguna vez fuera de su país, la mayoría te van a contestar que no. Y la razón que te dan muchos es: ¿por qué voy a salir de China si vivo en un país gigante por el que puedo viajar?
Aunque la razón principal por la que los chinos no viajan es la dificultad para conseguir un visado para otro país, esta frase no deja de tener bastante razón.
Viajar por China es un placer (en temporada baja).
Los chinos
Aquí tocamos un tema peliagudo. Los occidentales que viven en China suelen quejarse mucho de los chinos, sus modales y demás.
Es cierto que la sociedad china todavía arrastra muchas tradiciones rurales que en occidente ya prácticamente no existen. Pero hoy quiero romper una lanza a favor de ellos.
Desde que llegué a China nadie jamás se ha negado a prestarme ayuda cuando la he necesitado. Vivir aquí por primera vez es un choque cultural complicado y tienes que realizar muchas tareas que sin ayuda serían imposibles: buscar un piso, pagar facturas, contratar una tarifa de teléfono…
Los chinos siempre se han ofrecido a ayudarme sin dudarlo un momento. Y muchos me han abierto las puertas de su casa para lo que haya necesitado.
Así que, aunque me llenes los pulmones de partículas de PM10 (polución), gracias, China. Y gracias a ti por leerme y hacer click en el botón de ‘me gusta’ de aquí abajo.
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Buenísimo!!! me rio mucho leyendo tus cosas! sigue así!
Tienes un humor entretenido y a la ves es serio , Bien!
Muchas gracias por tu mensaje María José. Mi objetivo es que te entretengas y a la vez puedas aprender sobre la sociedad y cultura china, así que si lo he conseguido, genial 🙂
Tiene que ser un shock. Así como lo es por simplemente ir a vivir a Alemania o UK, a un país asiático con tanto contraste imagino que más.
Hola Ricard,
Ciertamente China es posiblemente uno de los países que más shock pueden producir a alguien que se venga a vivir aquí. Hay gente que no lo llega as tolerar y acaban yéndose. Pero si sabes entender la cultura china y adaptarte es algo muy enriquecedor.