El bubble tea lleva varios años invadiendo Estados Unidos y Europa y, desde hace no mucho tiempo, también ha aterrizado en España, donde se han empezado a abrir las primeras tea shops. La moda procedente de Asia parece haber encontrado público en occidente. Pero, espera un momento…
¿Qué es el bubble tea?
El bubble tea es una bebida de té procedente de la isla de Taiwán que desde hace unos años se ha popularizado en todo Asia. Pese a que con el tiempo ha evolucionado en diversos formatos, su origen parte del té con leche, una bebida típica de Hong Kong, a la que se le añaden unas perlas de tapioca, conocidas como bobas. Estas bobas tienen una textura un poco viscosa, parecida al chicle, y un sabor muy ligero que puede asemejarse en cierto modo al de un cereal. El bubble tea generalmente se sirve en un vaso precintado con una pajita ancha para poder sorber las bobas y puede tomarse tanto caliente como frío.
Con el tiempo la bebida ha ido evolucionando hacia todo tipo de direcciones y adaptándose a los gustos del país. Una opción más refrescante al clásico té con leche es el bubble tea con zumos de fruta o siropes, en los que se mezcla el té con sabores a frutas. A éstos se les suele añadir unas bobas de sabores, que no son otra cosa que esferificaciones de zumo o sirope. Hablando en plata, unas bolitas rellenas de sabores de fruta que al masticarlas liberan el sirope de su interior en tu boca.
Este tipo de bobas con sirope las he visto mucho en tea shops de Europa, pero jamás en China. El bubble tea chino suele utilizar únicamente perlas de tapioca, gelatina de sabores o pulpa de fruta. Algo que, a mi gusto, es mucho más agradable, ya que las bobas sintéticas suelen dejar en la boca un pequeño residuo procedente de la cobertura de la perla.
Y si de algo sabe la cultura china es de té. Es por eso que en las tea shops para la la preparación del bubble tea se suelen ofrecer distintos tés, entre los que popularmente se incluyen té rojo, té verde y té oolong. El té rojo tiene un sabor más clásico e intenso al ser añejo (es el té más popular en occidente). El té verde es un poco más amargo y sabe más a la planta del té, que además contiene propiedades adelgazantes. Y finalmente, el té oolong se asemeja más al verde, aunque no tiene un sabor tan amargo. Sin embargo, el bubble tea es un producto dulce, ya que se suele mezclar con siropes y algún edulcorante, así que nunca se nota el sabor amargo que puedan tener algunos tés.
¿Y tú, has probado ya el bubble tea en España o en otro país? Cuéntame qué te ha parecido. Y si te ha gustado el artículo, dame un like o un +1 para poder seguir contándote cosas desde China.
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