El mes pasado te hablaba de mis desventuras tras mudarme a un piso nuevo y topar con un fangdong algo travieso. Hoy, por fin, te traigo el desenlace de la historia, que no está exento de disputas, viajes en coche patrulla y explosiones (quizá esto último no).
En lugar de contarte la historia de forma cronológica, ya que han ocurrido demasiadas cosas, voy a describirte todo personaje por personaje, hasta llegar al desenlace final.
El fangdong
Posiblemente, el protagonista de la historia durante el último mes ha sido el fangdong, quien ha dedicado todos sus esfuerzos a hacerme la vida imposible.
Desde cortarme el agua y la luz dos veces, hasta venir a gritarme a la puerta de casa a las 9 de la noche. Este granjero tuhao que, según descubrí, adquirió todas las tierras heredadas de su suegro, ha encarnado la cara más fea de la historia: los engaños, la mala educación, la agresividad…
Durante todo el mes se dedico a amenazarme con cambiarme la cerradura, cosa que le hizo a mi vecino, dejándole fuera del piso, donde estaban todas sus pertenencias. En mi caso no pudo conseguirlo, ya que yo había cambiado la cerradura previamente.
Cada vez que el fangdong aparecía por mi casa, yo acababa llamando a la policía, que venían y… no hacían demasiado.
La policía y su pasividad
La policía, ese ente de seguridad público que debería velar por sus ciudadanos, parece que en China dista bastante de lo que uno podría esperar.

Durante el último mes llamé más de 12 veces a la policía, teniendo que acudir a la comisaria cada vez que venían. Sin embargo, el fangdong sólo acudió en 2 ocasiones.
Cada vez que la policía llegaba a mi piso, hacían fotos, nos tomaban declaración, nos montaban en el coche patrulla e íbamos a la comisaría. Una vez allí no me permitían denunciar al fangdong y decían que sólo podría acudir al juzgado para un caso así. Pese a que el fangdong siguiese perturbando mi vida de manera continua, parece que eso no era potestad del cuerpo de la policía.

En mis visitas a la comisaría no hice más que perder el tiempo. Al final acabaron conociéndonos a toda la tropa (agente, intermediario, vecino) ya que casi siempre acudíamos en bloque.
La primera ocasión en la que se presentó el fangdong (cuando yo ya había estado al menos 7 veces) se cumplió una de mis sospechas. Nada mas llegar, el fangdong se acercó al comisario y le saludó con un par de palmadas en la barriga. Se conocían de antes y probablemente esa relación había entorpecido cualquier intento de denuncia por mi parte.
Como he mencionado previamente, el agente, el intermediario y mi barrigón vecino (miembros de La Resistencia) siempre se presentaban conmigo en la comisaría.
La resistencia no tan resistente
Mi vecino quizá haya sido el personaje de la historia que más me ha ayudado. Siempre que el fangdong se presentaba en mi casa, le avisaba por teléfono y venía a ayudarme inmediatamente. Además, contrató a un abogado para ayudarle con el tema y me proporcionó apoyo legal gratuito en ciertos momentos.

El intermediario siempre fue la gran duda. Un personaje de dientes negros y aspecto poco fiable que a veces respondía a los mensajes y otras veces no. En todo momento pensé que podría acabar jugándomela, pero con insistencia siempre acababa apareciendo cuando le llamábamos desde comisaría. Entre sus grandes momentos se encuentra cuando en una reunión en mi casa se quedó dormido en el suelo, roncando como un bulldog.
El agente fue siempre la persona en la que más confié, pero su actitud en ciertas circunstancias empezó a despertar cierta desconfianza por mi parte. Parecía siempre dispuesto a hacer algo, pero en realidad nunca acababa de poner una solución real al problema. Y al final de la historia su actitud dio un giro inesperado.
El desenlace
El fin de esta historia tiene lugar en la comisaría, una semana antes de mis vacaciones por Taiwán. Por fin, conseguimos la presencia de todos los implicados dentro de una sala de reuniones de la comisaría y con el apoyo de un par de policías para resolver la disputa.
Supongo que después de visitar 12 veces la comisaría, se estarían cansando de tenernos allí.
La discusión fue larga y bastante absurda. El fangdong se escudaba en que él no firmó el contrato y que estábamos intentando engañarle entre todos. Su versión de la historia cambiaba de manera repentina, a veces negaba haber recibido dinero por parte del intermediario y en otras aceptaba que lo había recibido pero decía que éste le había engañado al comprar los muebles para la casa que le había encargado.
Por suerte, en esta ocasión había un policía que le metía bastante caña al fangdong evitando que se fuese por las ramas en sus respuestas, algo bastante común en él.
Después de 2 horas de disputa, el fangdong nos ofreció devolvernos el dinero que había recibido directamente de nosotros (las mensualidades, en mi caso 2). El vecino rechazó la oferta y decidió llevarlo a juicio, que seguramente se celebre a finales de año. Pide una compensación de 50,000 yuanes (unos 6,500 euros).
En mi caso negocié con mi agente y el intermediario para que entre los dos me diesen un mes y medio de renta, para así yo recibir 3 meses y medio, que es el dinero que puse al entrar al piso. En este caso ni ganaría ni perdería, a excepción de todo el tiempo perdido, que no tiene precio.
Cuando conseguí este trato, el fangdong recibió la noticia de la denuncia y, enfurruñado como un niño, decidió que no me ofrecía esos 2 meses. Después de hablar con la policía, acabó recapacitando para ofrecérmelos de nuevo.

Aquí viene el momento en el que mi agente hace un movimiento bastante sospechoso, al redactar en papel el trato en el que cada uno decía el dinero que me iba a devolver. En lugar de dividir el mes y medio entre él y el intermediario, se puso él mismo medio mes (que pertenece al dinero que pagas al agente por los trámites del piso) y le puso un mes entero al intermediario.
El fangdong se piró de la comisaría sin firmar, diciendo que cuando le diese la llave me daría el dinero. El intermediario fue el único pobre diablo que lo firmó y mi agente desapareció de repente con muchas prisas, sin firmar ni decir nada.
Al enseñar el trato a la policía, les pedí que revisasen los datos escritos en el papel y, ¡sorpresa!, mi agente había firmado con un nombre y número de carnet de identidad falsos. Al llamarle para preguntarle por qué había hecho eso, se puso a la defensiva diciendo que si no confiábamos en él que le denunciásemos, que no tenía nada que perder y, acto seguido, me bloqueó en WeChat a mí y a todos mis conocidos que tenían pisos con él.
Llegado el día estipulado del pago, el intermediario y el fangdong me dieron el dinero, pero mi agente sigue a la fuga con 1600 yuanes (unos 200 euros) que le había pagado por hacer su trabajo, por lo que no tenía que poner nada de su bolsillo.
Lo que mi agente no sabe es que tengo su carnet de identidad real, sé dónde trabaja y he descubierto que ha estado haciendo contratos (incluyendo el mío y el de mis amigos) a espaldas de su oficina, cosa que le puede costar 2 años de suspensión de su licencia de agente inmobiliario. Veremos quién ríe el último.
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Wow, al final te cambiaste de piso? la verdad esos chinitos estan medio locos jeje. Que bueno que quedo en un termino medio para ti. Saludos desde Mexico
Sí, por suerte ya estoy en un piso nuevo y pude salir indemne del caso, aunque haya perdido tiempo. Gracias por comentar, Francisco.
Woow vaya desenlace, quien iba pensar que tu agente iba a ser peor que el fangdong, espero pronto la historia de venganza contra tu agente jaja.
Jaja, muchas gracias por escribir, Stephanya. Lo del agente tuvo desenlace la semana pasada. No sé si habrá post, pero lo contaré seguro en el grupo de Facebook del blog: https://www.facebook.com/elgatochinoblog/
Un saludo 🙂
Jajajaja! Con un par! voy a ser tu fan! Jajajaja
Yo también voy a ser tu fan.
Esta historia no tiene ni pies ni cabeza, pero la verdad es que me he reído y a la vez lo he pasado bastante mal al ponerme en tu lugar. Me alegro de que las cosas hayan mejorado!
Es absurda hasta límites desconocidos. Si te dijese que aún me quedan algunos cabos por atar…
la media telenovela que te pasó… lo bueno es que al final salio todo relativamente bien (?) … hasta podrías hacer una webserie con todo lo que te pasó…
Y yo tantas ganas que tengo de irme pa algún otro lado (china , corea… no sé… ) arrancar de Chile, es la idea… ojalá que cuando lo haga no me pase lo mismo …
Con peores historias se han escrito trilogías.
Si sales algo te tiene que pasar. Pero eso es lo interesante, ¿no?