Hace un par de años, coincidiendo con la visita de mi hermano a China, viajé por primera vez a la provincia de Sichuan, situada en la zona central del país, hacia el suroeste. Sichuan es famosa por su comida picante, por el río Yangtze (el tercero más largo del mundo), por ser una de las puertas de entrada al Tíbet y, por encima de todo, por ser la región de procedencia de uno de los símbolos más internacionalmente reconocidos de China: el oso panda.
El oso panda únicamente habita en seis zonas montañosas de las provincias de Sichuan, Shaanxi y Gansu. Los fósiles hallados en Chengdu evidencian que el panda gigante ya vivía en esta área desde hace 4000 años. Desgraciadamente, el tesoro nacional de China cuenta actualmente con una población por debajo de 2000 individuos, lo que lo convierte en una especie en peligro de extinción.
Observar un panda en su hábitat natural es prácticamente imposible. Sin embargo, Chengdu, la capital de Sichuan, cuenta con un centro de cría e investigación del panda gigante (Chengdu Research Base of Giant Panda Breeding) que merece la pena visitar para poder ver al afamado animal. El centro está un poco alejado del centro de la ciudad (hay que ir en autobús de línea, o cogiendo un taxi), pero es una visita obligada si visitas Chengdu.
Y cuando uno llega allí se encuentra… osos panda. Y más osos panda, en todas sus variantes: comiendo bambú, haciendo el pino, durmiendo, comiendo más bambú… El parque esta dividido por sectores que se encuentran a una distancia bastante considerable, por lo que se ha de andar bastante o coger uno de los trenecillos que dan vueltas por el parque llevando turistas de un lado a otro. Cada zona está dividida en varios espacios donde suelen vivir entre uno y tres pandas. Y cada espacio tiene su letrero con el nombre del panda, su sexo, fecha de nacimiento y un breve texto sobre su historia. Una de las curiosidades del parque es que allí vive un panda llamado Gong Zai, en el cual se inspiró DreamWorks para la creación del protagonista de la película Kung Fu Panda.
El parque puede resultar un poco repetitivo ya que el único animal que se puede ver allí es el oso panda gigante y su hermano pequeño, el panda rojo. Sin embargo, es una visita muy agradable gracias a que las instalaciones son un lugar bastante acogedor para pasear siempre que no esté lleno de turistas (mayormente chinos), que probablemente sea el caso en temporada alta.
Por último, uno de los grandes atractivos del parque es la zona de cría, que se divide en dos partes. Por un lado, una zona con incubadoras donde se encuentran los pandas recién nacidos, que a ciertas horas programadas se abre al público a través de un cristal. Por el otro, una zona al aire libre donde están los pandas pequeños que ya pueden andar y que juguetean entre ellos. Para los que quieran acercarse todavía más a las crías de panda, por la nada desdeñable cifra de 1000 RMB (unos 125 euros), uno puede hacerse una fotografía agarrando a un osezno. Se trata de un precio que sale del bolsillo del viajero normal, pero que quizás resulte asequible para los verdaderos amantes del oso. Y tú, ¿pagarías por hacerte la foto?
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