China es un país que te lleva por un auténtico carrusel de emociones, buenas y malas. Un día puedes estar encantado y de repente sucede algo y te conviertes en Michael Douglas en ‘Un día de furia’, deseas empuñar un arma y empezar a hacer justicia por tu cuenta. Hoy he decidido contaros cinco cosas que no me gustan de la sociedad china y que me sacan fácilmente de mis casillas.
Los motochinos
Los motochinos es el término que utilizo para definir a los chinos con motos eléctricas que te esperan a la salida del metro para llevarte a tu casa por unos pocos yuanes. Esto sería maravilloso si no fuese por su insistencia. Nada más sales del metro te ves inundado por una marabunta de motochinos gritando para que te subas a su moto. Al ver que eres extranjero suelen gritarte «halo, halo!», como la canción Vertigo de U2, y yo suelo responderles «hola» o les pregunto qué tal les va el día, en inglés, pero no suelo recibir respuesta.
Lo terrible de los motochinos es que van con la moto eléctrica por la acera y a toda leche. Así que cada mañana al ir hacia la boca de metro camino de la oficina me cruzo con tropecientos motochinos en dirección contraria, a velocidades suficientemente peligrosas para mi cuerpo humano y pitando todo el rato, lo que vuelve el asunto mucho más irritante. A todo esto hay que sumar que sus motos llevan una especie de toldo gigante que hace que cada mañana tema llegar a la oficina tuerto. Como decimos en China: bu hao (malo).
La educación china

En China, al contrario que en el resto de países, están educados de una manera algo… especial. Hay cosas que en occidente y en muchos países asiáticos están mal vistas, pero aquí no, por lo que la gente lo hace con total normalidad. Entre otras lindezas, los chinos suelen escupir en la calle (para lo que previamente realizan un horrible sonido para coger toda la flema que contiene su cuerpo), ponen a los bebés y niños pequeños a hacer sus necesidades fisiológicas en papeleras (incluso en centros comerciales), no saben respetar una fila (siempre, y digo SIEMPRE, habrá alguien que aparezca de la nada y se cuele delante de ti), te empujan en las aglomeraciones, se sacan mocos con el dedo y los redondean y otras muchas cosas que merecerían una enciclopedia. Algunas cosas parecen estar cambiando en generaciones más jóvenes, como el tema del esputo, pero todavía les queda un largo camino por andar.
La conducción
La conducción en China es caótica. Montarse en un taxi o autobús en China es más peligroso que inyectarse oxígeno en las venas. No sé lo que les enseñan en las autoescuelas, pero desde luego que el uso suave del embrague no. Cada vez que el conductor cambia de marcha te descoloca la columna y agárrate bien, porque los frenazos son la especialidad de la casa. Sorprendentemente yo todavía no me he chocado en ningún transporte público, pero más de una vez he visto a señoras mayores salir volando dentro del autobús tras un frenazo.
Otro tema relacionado con la conducción son los semáforos. En China cuando el semáforo está rojo para los peatones, los coches pasan. Y cuando el semáforo está verde… también pasan. Y en los ceda el paso… también. El coche tiene preferencia en cualquier situación, así que hay que andar siempre con mil ojos y mirando a ambos lados cada vez que cruzas una calle, ya que podría ser la última vez que lo hagas. Para los que vamos con los cascos de música todo el día puestos vivimos cada día al límite.
Laowai, laowai!
Esto depende mucho de la ciudad en la que estés, pero hasta en las grandes ciudades suele ocurrir. Por razones que completamente desconozco, los chinos siguen sorprendiéndose de ver un occidental por la calle. Es difícil que pase un día sin que alguien te señale (algunos te llaman laowai, extranjero) o se te quede mirando a los ojos hipnotizado en el vagón de metro. Yo suelo jugar a aguantarles la mirada, pero algunos son auténticos faquires mentales y aguantan el dolor sin pestañear. Muchos se sorprenden de que tenga el pelo rizado y rápidamente llaman al amigo que tienen al lado y me señalan sin pudor alguno y hacen círculos con el dedo para indicarle a su compañero que yo, demonio occidental, tengo el pelo rizado. Loca cultura china, ¿no?
Que no te sepan decir que no
No sé si está enlazado o no con el famoso tema de perder la cara, pero en China es difícil que alguien te diga que no sabe algo o que no puede hacer algo por ti. Cuando estás perdido y le preguntas a alguien la dirección de un sitio, siempre te señalará alguna dirección, aunque no tengan ni idea. O si les pides algún tipo de favor que no pueden hacer por ti, siempre fingirán que lo pueden hacer, hasta que llegue el momento en el que te des cuenta y quizá sea demasiado tarde.
Algunos ejemplos de esta locura son: haber pedido a una compañera del trabajo que me pidiese un libro por Internet y no decirme hasta pasado un mes (y muchas preguntas) que no ha podido conseguírmelo porque no había stock. O preguntarle a una compañera del trabajo por qué de repente en octubre la ciudad se había inundado de vendedores de conejos pequeños (como mascotas) y responderme que era porque empezaba a hacer frío y era muy fácil ir al bosque y cogerlos porque no podían correr. Aunque esto último es una de las cosas que más gracia me han hecho durante mi estancia en el país.
Hasta aquí toda mi bilis contra China. Pese a todo esto, China tiene algo que te engancha. Es una relación de amor y odio en equilibrio perfecto. Prometo escribir un «cinco cosas que me encantan de China» para equilibrar la balanza, de hecho podría escribir muchas más (creo). Si os ha gustado el artículo, agradecería como un japonés haciendo reverencias de 90 grados con mi cuerpo que le dieses un toque a los botones sociales que hay aquí abajo. ¡Mil gracias! ¡Arigato! ¡Xie xie!
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Estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas. Viví durante 2 años en Pekín y viajé por toda China. Un gran país al que le hacen falta unos pequeños retoques.
Muchas gracias por tu comentario Christian. Como ya te he comentado en el grupo, China es un país que sería maravilloso si puliesen ciertas cosas. Aunque sigue siendo genial ver un país tan salvaje en cuanto a modales a día de hoy.
Unos amigos fueron a China y nos contaron como una mujer puso a su hijo a hacer pipi en la banca de la estación de tren, asi como si nada… mis amigos pues ya te imaginaras… tenían los ojos así O_O … oye y no mencionaste los ba~os sin puertas XD he he a lo mejor para un hombre es menos problemático el tema pero para una mujer noooo es que yo no podría XD
Saludos!
Hola Olga, muchas gracias por tu escribir. A mí me pasó algo parecido con un niño chino que se puso a hacer pis en el banco del vagón de metro y de repente empecé a notar algo mojado en el pantalón… Nos levantamos todos corriendo. Vaya asquete…
Tienes razón en el tema de los baños, de hecho ya no solo el tema de las puertas, si no la forma del propio váter con el agujero en el suelo… Es uno de los temas que tengo pendientes en el blog. Gracias por el recordatorio 😉
Noooo que mala onda que te mojo el chamaco… fuchiiiii 🙁 en serio que cuando vaya a China estaremos muy pendientes que no nos alcance ningún pis ni ningún escupitajo… lo lograremos? ya veremos.. XD
Saluditos!
Mucha suerte evitando los fluidos corporales de los chinos. Como anécdota, yo fui a Pekín en diciembre (11 grados bajo cero) y cuando escupían se quedaba congelado en el suelo. Así que ibas andando por la calle y estaba todo lleno de escupitajos congelados.
Jajaja!! Qué bueno el post! Me encanta este estilo de post que muestran también el lado «oscuro» de cada país, así vas haciéndote una idea de las cosas malas y no te asustas tanto. Yo aún no he ido a China, pero cada vez me llama más (país que llama país que habrá que ir dentro de poco jeje). Me ha llamado especialmente la atención lo de las papeleras de la caquitas de los bebes, y me ha hecho mucha gracia el nombre «motochinos» jeje. Un saludo
Me alegro de que te haya gustado Regina. Todos los países tienen ese lado oscuro y China más que ninguno… jaja. Te recomiendo encarecidamente que vengas a China, es una experiencia única y no tiene nada que ver con ningún otro viaje que puedas hacer. No olvides montarte en un motochino. ¡Un saludo!
Con el tema de los escupitajos, a veces te puede entrar complejo de Neo en matrix, andando por el aire para no pisar alguno.
Mis vecinos venezolanos dicen que China esta lleno de jaguares, por el constante ruido gutural para reunir flemas que hacen por la calle.
Propongo temas para otros árticulos:
Chinos en Ikea
Tener una Ahyi en casa (sobre esto se puede hacer una tesis doctoral).
Los restaurantes los «meiyou»neses con carta de 4 tomos.
Las «da-ma» chinas
…
En fin, que tienes para ratico, muchas felicidades por el blog!
Jajaja, lo de los jaguares es muy bueno. Cuando estás en la oficina y de repente oyes GGGGGJJRJRJRJRJRSSSS y alguien escupe en una papelera no tiene nombre.
Los chinos en Ikea está en mi punto de mira desde hace meses, ahora que he redireccionado un poco el blog para tratar los temas con más humor creo que es el momento. Las ayis también van a empezar a dar juego en muchos posts, desde las limpiadoras hasta las que cuidan a sus nietos o van a bailar al parque. Y el «meiyou» ya es una religión.
Un abrazo Chesus, a ver si voy para Shanghai, que lo tengo en la lista y no hay manera…
Yo aún recuerdo a aquel conductor de taxi que me preguntó si me podía acariciar los pelos del brazo, como sí fue Chewaka JAJA
Gracias por tu comentario, Ana. Qué delicados son los taxistas chinos. A mí un señor que me llevó remando por un río en Yangshuo me quería tocar los pelos de las piernas, pero no le dejé, no teníamos confianza. Van demasiado a saco estos chinos.
¡Enhorabuena por el post! Me ha encantado tu sentido del humor. Espero que sigas así. ¡Y cuidado con los motochinos!
Muchas gracias Ali, en China hay que tomarse las cosas con humor para sobrevivir.
Los españoles -y los europeos en general- se quejan de que en los países asiáticos son constantemente mirados por los nativos. Yo soy chileno y estuve en Japón a principios de este año. Jamás me sentí observado por ellos o.O Por el contrario, donde sí he sentido que a la gente le llamo la atención es en Cuba. Me decían que les gustaba mi pelo porque es «lacio», aunque acá en Chile es un tipo de cabello bastante común xD
Hola Rod, muchas gracias por comentar. Yo hablo del caso específico de China. En Japón estuve y nadie me miró o señaló en ningún momento. Creo que se debe más a factores culturales que a otra cosa, China ha estado más tiempo (y sigue) cerrada al resto mundo que Japón y otros países asiáticos.
Hola Javier me encanto el blog !!! Justo regresamos de Hong Kong y en verdad fue graciosisimo ( hasta cierto punto ) como se colaban en las colas de Ocean Park o de la atraccion del Victoria Peak. Al principio con mi esposo creiamos que eran grupos que tenian gente conocida adelante pero luego nos dimos cuenta que eran TODOS !!!!asi que nos pusimos en posicion bloqueo contra los chinos jajajajja
El colarse es un arte milenario. Es divertido hasta cierto punto. Espero que disfrutaseis del viaje.