Este año los chinos no han estado muy lucidos en el medallero, tras haber sido adelantados por el Reino Unido, que los ha relegado a un tercer puesto. Pero, sin duda, han sido ganadores en momentos épicos. Hoy te traigo mi selección con lo mejor de China en las Olimpiadas.
Fu Yuanhui, sus caras de ‘meme’ y los tabúes menstruales
Si ha habido una protagonista de las Olimpiadas por parte de China, ésa ha sido la nadadora Fu Yuanhui. Su inédita cara al recibir la noticia de que había sido bronce en medio de una entrevista con la televisión nacional china ha dado la vuelta al mundo.
Las imágenes de la entrevista han sido compartidas más de 343.000 veces y la medallista olímpica ha multiplicado por diez sus fans en la plataforma de microblogging china Weibo, llegando a tres millones de seguidores.
Pero Fu Yuanhui no ha sido noticia en China sólo por sus caras, sino también por haber comentado en una entrevista que no había podido rendir al máximo durante la carrera de relevos debido a que le había bajado el periodo el día anterior.
Estás declaraciones son sorprendentes en un país donde la menstruación todavía es un tema tabú del que no se habla en público. Hasta hace poco era imposible encontrar tampones en el mercado y tan sólo un 2% de las mujeres chinas lo utilizan.
Sun Yang y su meada púrpura
En un evento deportivo como las Olimpiadas no podían faltar las acusaciones de doping. En este caso, la víctima fue el nadador chino Sun Yang, que fue definido por el australiano Mack Horton como un «drug cheat», refiriéndose a la suspensión de tres meses que sufrió el nadador chino en 2014 tras dar positivo por trimetazidina.

Tras las acusaciones, Sun perdió contra Horton en los 400 metros estilo libre y acabó llorando delante de la prensa, lo que produjo que una avalancha de fanáticos chinos se lanzasen a insultar a Horton en su cuenta de Instagram.
Días después, el nadador francés Camille Lacourt añadió leña al fuego diciendo que Sun Yang meaba de color púrpura, convirtiéndose en otra víctima de los fans chinos.

Sun Yang ganó dos medallas de oro durante las Olimpiadas de Londres 2012, en 400 y 1.500 metros estilo libre, momento en el que se vino un poco «arriba». En 2013 decidió echar a su entrenador Zhu Zhigen por sus métodos «laxos» de entrenamiento. Casualmente su despido se produjo justo después de que el entrenador le acusase de emplear demasiado tiempo en actividades publicitarias. El pobre hombre sufrió un nódulo tiroideo tras ser despedido.
Sun Yang también pasó una semana en prisión durante 2014 tras estrellar su Porsche contra un autobús cuando conducía sin licencia. Al ser detenido alegó que «estaba centrándose en sus entrenamientos y eso le había impedido tener un conocimiento más amplio de la ley». ¿Quién no podría perdonar a alguien con una excusa así?
El gozo del boxeador Lu Bin en un pozo
Otro de los momentos más duros para los chinos en estas Olimpiadas fue la derrota del boxeador Lu Bin contra el keniano Peter Warui. El chino ya estaba celebrando su victoria antes de tiempo cuando el árbitro levantó el brazo de Warui en lugar del suyo.
La derrota dejó a Lu Bin fuera de los cuartos de final y, tal como publicó en redes sociales, «rompió sus sueños».
Los chinos han puesto en duda la derrota de Lu Bin y la achacan a una campaña en contra del gigante asiático durante las Olimpiadas.
Conspiración o no, los chinos no habrán ganado estas Olimpiadas, pero han ganado Internet. Enhorabuena.
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